Llegó el día de Navidad y con una gran expectativa el tiempo del Duodécimo Doctor estaba por terminar. Esta historia tenía un enorme potencial, pues más allá de ser el episodio final de un Doctor, contaba con la presencia del Doctor original, por así decirlo. En tal sentido, la historia parecía casi un éxito seguro, aunque, finalmente, a mí me dejó con una opinión un poco extraña.
El Duodécimo Doctor fue uno de mis Doctores favoritos y por ello me apenaba dejarlo ir. Fue por este motivo que deseaba que su final sea un episodio realmente memorable, a fin de que sea recordado como el gran Doctor que fue. Lamentablemente, si bien la idea de que los dos Doctores se encontrasen en una situación similar (negándose a cambiar) me pareció brillante, siento que la historia en general no fue muy buena. No me incomoda el hecho de que no haya habido un villano definido en el episodio, sino que siento que hubo una suerte de vacío en el episodio. No me gusta decirlo, pero, a mi parecer, una buena parte de este episodio fue relleno para llegar a los 60 minutos o material para justificar el regreso de ciertos acompañantes. En fin, creo yo que esto pudo manejarse de una mejor manera, de modo que el episodio realmente logre hacerle honor a Capaldi. Un ejemplo claro de lo que digo es la aparición de Clara, pues esta antigua acompañante pudo aparecer de forma real en el episodio, pues, hasta donde sabemos, actualmente está volando en una TARDIS con Ashildr. Estoy seguro que una aparición de la Clara real hubiese resultado más trascendente que la escena de diez segundos que finalmente apareció en el episodio.
Al respecto de lo último que mencioné, tiendo a creer que, en algún momento del periodo de planificación de la historia, se pensó en incluir a Ashildr y Clara, pues toda la escena con Rusty me pareció improvisada. De hecho, el set que utilizaron para la escena de Rusty contiene elementos muy similares al set empleado para el encuentro entre el Doctor y Ashildr en Hell Bent. Quizá lo que más me decepcionó de haber incluido a Rusty en este episodio es el hecho de que Moffat pudo haber cerrado de manera más definitiva temas que abrió durante la era de Capaldi, como por ejemplo la trama del Híbrido o la historia de Clara y Ashildr.
Creo también que, debido a la presencia de los Testimonios, se pudo haber incluido una aparición del Testimonio del Amo, con la finalidad de que el Doctor sepa que su amigo-enemigo de la infancia, en sus momentos finales, decidió apostar por la bondad, tema que resultó de gran importancia para el episodio. En fin, creo que fue una oportunidad desperdiciada, sobre todo considerando que la historia del episodio tenía potestad absoluta para "resucitar" a los personajes.
Como crítica final del episodio, siento que los efectos especiales fueron particularmente malos, desde la apariencia de los Testimonios (en su forma de vidrio) hasta la escena de la regeneración, en la que los destellos de energía regenerativa se veían sumamente falsos y las explosiones de los distintos componentes de la TARDIS estaban ocurriendo en los lugares equivocados.
Los tres aspectos positivos que deseo resaltar del episodio son la mezcla de escenas clásicas con modernas, la tregua de Navidad y el discurso de regeneración. En primer lugar, pese a que los efectos especiales en la mayor parte del episodio fueron malos, las transiciones entre las escenas de hace aproximadamente cincuenta años y las grabadas con el Primer Doctor interpretado por David Bradley fueron geniales. Claro está, hay que reconocer el trabajo del equipo de producción y de la directora del episodio, pues sin duda ha de ser un trabajo arduo recrear con exactitud las escenas para las transiciones.
En segundo lugar, me gustó que se haya decidido incluir la tregua de Navidad como parte del episodio, pues, en efecto, se trata de uno de los momentos más hermosos de la historia de la humanidad, pues dentro de todo el horror de la Primera Guerra Mundial hubo un pequeño momento de bondad.
Finalmente, el momento que yo más esperaba del episodio era el discurso de regeneración, pues era evidente que Capaldi diría algo memorable, y, en tal sentido, no decepcionó. Con una hermosa recolección de frases y/o reglas, tanto del Doctor de Capaldi como de sus predecesores, el Duodécimo Doctor le abrió el camino a la Decimotercera Doctora. Del discurso, lo único que no me gustó mucho fue la parte en la que hablaron del nombre del Doctor, pues, al encontrarnos en el momento cumbre del discurso, siento que Capaldi pudo haber dicho algo más memorable. No obstante, me quedo con una frase que me llamó mucho la atención: "Siempre intenta ser amable, pero jamás dejes de ser bondadoso".
Con respecto a la aparición de Jodie Whittaker en los segundos finales del episodio, creo yo que tuvo un buen inicio. Tan solo espero que la primera escena con la Decimotercera Doctora haya logrado convencer a las demás personas, especialmente a aquellos que se negaban a aceptar a una encarnación femenina del Doctor, puesto que sospecho que Doctor Who no va a ser capaz de sobreponerse a más caídas de popularidad.